Hacia donde se van las nubes: poemas de "Peor que pedir" de Antonio Méndez Rubio.



Peor que pedir (2025, Editorial PreTextos)




De qué //te sirve...Si esas flores/
hubieran sido de color amarillo/ ella lo
hubiera sabido tarde / o temprano. Así
que si / te pide, por ejemplo, / "define la fe en mí" /
o "¿te acuerdas de olvidar mariposas?" /
mientras se aleja como nunca antes... / tú
mira el cielo también irse y / haz
algo. Despídete. // Di sí.


                     



Esa necesidad // de claridad llega tarde.
Su luz / no es la que lleva signos hasta el borde
de la verdad. Que no se corresponda /
todo amor por ellas con esa realidad 
de la que hablas / es un fértil apuro justo /
para / toda // esa realidad.





NANA

MÉCETE, rama
sin caída, no digo
hacia mí —yo no
quiero nada de
nada: solamente
saber que te meces
sola hacia donde
se van las nubes
hasta desaparecer
—allí ya no estaré 
yo para verlo.




ALHAJA

QUIEN pide espera
de ese hostil jugueteo,
en el fondo del fondo,
lo peor.


                               


A TÉRMINO

¿SON flores de lavanda?
¿Empiezan a crecer o
no es momento para preguntarlo?
Demasiado tarde. Para ti. Demasiado
tarde para mí. No vas a seguir
así, ¿no? No vas a vivir
del todo. ¿De qué se trata entonces?
Tampoco tú, tampoco yo, ya ves,
respondemos con tiempo suficiente.
Quisiéramos no despedirnos de nadie.






HOJAS DE 1912
(FALLING LEAVES / METAMORPHOSES)

TIENEN esa virtud:
cada cual, nada más rozar la tierra,
se convierte al momento
en un brote de nada-por-aquí...

Se parecen a letras.

Porque tienen futuro
aunque no sea del todo: saben
cómo prender con papel
la llama al fuego.



Antonio Méndez Rubio nació en Fuente del Arco (Badajoz, 1967), donde fue nombrado Hijo Predilecto en 2023. Premio Ojo Crítico de Poesía de Radio Nacional de España (2005) y Finalista Premio Hiperión (1995).

Sus libros de poesía más recientes, editados con Vaso Roto (España/México), son Va verdad (2013), Por nada del mundo (2017) y Tanto es así (2022), además de Clic (seguido de excepto) (Olifante, 2024) y Peor que pedir (Pre-Textos, 2025).

Últimos ensayos críticos: Teoría de los umbrales (Lecturas de poesía) (La Documental, 2022), La escucha actual (Cátedra, 2022) y Fascismo de Baja Intensidad (La Vorágine, 2023). En torno a su obra se han publicado los libros Un lugar sin lugar (R. Molina / Universidad de Extremadura, 2022), El paisaje invisible (J. Fernández Gonzalo / Diputación de Badajoz, 2022), La fiesta del miedo (A. Cubero (ed.) / Chamán, 2023) y Torno (P. Aros / Varasek, 2023).
 
Ha traducido la novela Frankenstein o el Prometeo moderno de Mary W. Shelley (2022).


Un niño extraviado en las ruinas del templo. Poemas de "El Reino" de Ana María Hurtado



Dios atraviesa el universo y viene hasta nosotros.
Simone Weil



El Reino (2024, Salto Mortal)




MALJUT

 de dónde viene mi fuerza
-la insistencia de mis flores
sino de tu oscuro seno

 allí donde mis raíces se hunden
 como falanges asustadas
 esperando que nunca sea tarde para germinar





EL NIÑO PERDIDO

 el polvo del desierto era liviano en las sandalias
 sucumbían las hebras del atardecer
 y el niño ya no caminaba entre nosotros

 no había dejado ningún rastro

 las preguntas punzaban en el pecho
 solo callamos ante el espeso silencio de la noche

 éramos –para Él- mortales peregrinos
 veníamos de un diluvio y de una lluvia de fuego 

supimos que  ya no era nuestro
 su Reino  se deslizaba al ras de  las columnas del templo

 estaba en todas partes 
menos en el polvo de nuestras sandalias

 regresamos

 
                      




... Y HALLADO EN EL TEMPLO

 en las ruinas del templo buscamos  al niño perdido
 no lo reconocimos entre los escombros
 atravesamos los pasillos de los primeros atrios 
las galerías infinitas con rastro de sangre en las paredes
 los escribas con sus vestiduras de lino
 algo maltrechas
 se mantenían de pie junto al altar de bronce

 los cambistas daban al César lo que es del César 
y estrujaban entre sus manos
 las monedas del templo
 aún se percibían los vapores del incienso
 y las vísceras podridas del sacrificio

 el velo del templo estaba rasgado
 desde el cielo hasta la tierra
 la cabeza de mármol de Nabucodonosor reposaba en el Sancta Sanctorum
 el pie de un centurión se apoyaba en el candelabro de siete brazos 


el Reino se parece a un niño extraviado en las ruinas del templo

                   




DÁNOSLO HOY

 Todavía no ha llegado mi hora
 Juan 2:3

no tendré más día que este-me dije
el mismo de la infancia
aguardando en umbrales

no habrá otro día 
sino un horizonte sin grietas
y un lenguaje de señas
de signos olvidados

pisé una grama que aún no renace
a la espera de la próxima vara del lirio 
en el jardín

este día se extiende 
desde los latidos del corazón de mi madre 
hasta la última galaxia que muere entre los desperdicios 
cósmicos

 no hay otro día
 para mirar la incertidumbre de los pájaros
 no tengo más día que esta playa
 sumergida en la noche
 y los pies hundidos en la arena
-siempre puntual

no hay más día que este 
él se hace mío
mientras duermo bajo las acacias
-las mismas que ignoran el regreso-
ciegas a la silueta de las barcazas al amanecer

este día me abraza
mientras algo duele






LUCAS 11:20

Yo echo los demonios con el dedo de Dios
 ciertamente el Reino ha llegado a vosotros

 somos legión vagando por lugares secos
 anhelamos reposo
 sin hallarlo


 no estamos inscritos en la misericordia del Reino





Entren por la puerta angosta.
 Mateo 7:13

¡Qué angosta la puerta del alfabeto!- dice el poeta Adonis. Por 
ello el poema, habitante del Reino, ha de despojarse, hacerse 
filo de luz, atravesar las celosías, las diminutas hendijas. 

Ser estela de agua, descalzarse y hundirse en reverencia, flo
recer en las esquinas lodosas de los glifos, dejar caer algunos 
pétalos, develar sin pudor sus zonas erógenas, dejar al aire el 
ombligo y que broten tallos delgados y ágiles hasta abrirse en 
la rosa desnuda que se esconde.

 El poema, como el pan, brota de la boca de Dios.






LAS ACACIAS

 Ella creyó que era el que cuidaba el huerto.
 Juan 20:15
 
el Reino parece un jardinero que espera el florecer de las acacias 
observa cada día cómo crecen las hojas 
erectos los pecíolos
tejen el firmamento de follaje 

el Reino es semejante a la madera de una acacia
que crece en mitad del desierto
perfumando la soledad de los ocasos

el Reino se parece a un jardinero que amanece
sin recuerdos
abandona el sepulcro y corre desnudo hacia la luz
pero no sabe leer los signos de los tiempos

el Reino es como un jardinero sentado bajo la sombra de una 
acacia
allí se duerme
y sueña con un cielo poblado de criaturas marinas
despierta en alborozo
encandilado de pétalos
porque le llovieron flores en los párpados

el Reino se parece a una flor de acacia que ha caído al suelo 
para dejar su primavera en mitad de la calle.




Ana María Hurtado nació en Caracas. Poeta, escritora, ensayista, psiquiatra y psicoterapeuta.

Ha colaborado en diversas páginas, blogs y revistas literarias, de arte y de psicoanálisis donde han sido publicado sus textos y poemas, entre otros: revista interdisciplinaria Trópico absoluto, RANLE (Academia norteamericana de la Lengua), revista Poesía (Universidad de Carabobo), Vallejo and Company, Círculo de poesía, La antorcha magacin, Agulha, revista de cultura brasilera, Poémame, Liberoamérica: portal iberoamericano de arte y literatura, Prodavinci y El papel literario.

Premio de narrativa Julio Garmendia (Dirección de cultura de la UCV, 1984).

Algunos de sus poemas han sido publicados en diversas antologías nacionales e internacionales, entre ellas:

Diario poético de los tiempos adversos (Ccs 2019), Poesía en voz alta (Ccs2019), Una lectura por la vida y por la libertad (Ccs 2019), Pasajeras. Antología del cautiverio (Ccs 2020) El vuelo y la claridad (Ccs 2020) Hacedoras (Ccs 2021) El dulce ron que las embraga, Poetas actuales de Canarias y Venezuela (Canarias, 2022), Mujeres del mundo uníos (Santiago de Chile, 2023)  En la desnudez de la luz (Santiago de Chile, 2023) Poemas en bicicleta -Autores grandes para pequeños lectores- (Ccs, 2024) En compañía de los ríos subterráneos: Ensayos sobre la obra de Ida Gramcko ( Santiago de Chile, 2025), Antología bilingüe Resistir, la luz de la poesía contra el caos del mundo (París, 2025). Conferencias americanas -Autores de los Estados Unidos por escritores venezolanos-( CVA. Ccs, 2025)

Ha participado como invitada a diversos encuentros poéticos, entre ellos:(  Encuentro de poetas argentinas y venezolanas, organizado por la editorial argentina Vuelo de Quimera, en 2022, al  Encuentro Anasyrma (30 iberoamericanas se levantan la falda) 0rganizado por la editorial chilena LP5 Editora, a  las  VII jornadas de poesía de Valladolid, Dos orillas y al Salón de la Poesía de la FIL de Guadalajara, ambos en el 2024.

Autora de los siguientes poemarios publicados:

La fiesta de los náufragos (Editorial Diosa Blanca. Caracas, 2015).

El beso del arcángel, en coautoría con el poeta colombiano Leonardo Torres (Oscar Todtmann Editores. Caracas, 2018).

El árbol que en ella muere (Editorial Diosa Blanca. Caracas, 2023)

La única inocencia (Editorial Diosa Blanca. Caracas, 2023).

El Reino (Editorial Salto Mortal, Guadalajara, 2024)


Cantar mientras el mundo se derrumba


Las obras supervivientes

La degradación del arte se inicia con el enaltecimiento del artista, y termina con la mercantilización de la obra. Lo mismo pasa en las artes plásticas que en las literarias.

Chantal Maillard





 

Con la seda de las entrañas tejer el camino por el que avanzar. Desde la radical necesidad, tender andamios transparentes en el aire.

Creación como gesto íntimo de resistencia: de espaldas a la posteridad, sin más pretensión que la de seguir respirando. Para no morir de frío.

Trazas surtidas del hambre o la sed, con esa fulguración única, irrepetible, de la estrella que perece ante nuestros ojos. Invocarlas hasta verlas llegar en la fiebre blanca para que hablen a los moribundos y a los resistentes desde lo más blando: una diminuta talla de madera de caldén, dos postales con matasellos de Mauthausen-Gusen y las veinticinco palabras permitidas, unos versos en catalán escritos en papel de saco de cemento, el dibujo de una mariposa amarilleando en una pequeña maleta de cuero.

Obras supervivientes, obras vivas para resucitar lo moribundo de la traza definitiva, eso ya en descomposición presente en todo gesto que aspira a la permanencia. Obras que aceptaron su fragilidad y en esa aceptación, se hicieron sólidas y resistentes. 

Arte linterna, trineo de auxilio, manta para postergar el frío final de los cuerpos.


Laura Giordani

Fragmento de "Manca Terra" (2020, La Garúa Ediciones)




Una herida que nos precede: seis poemas de "Las brújulas rotas" de Leonardo Torres Londoño


La herida nos precede
Chantal Maillard



    "Las brújulas rotas"(2022, Rocca Taller de Edición)


                       

E
l cristal de la ventana ya estaba roto al entrar,
la casa nueva,
los trozos, sin barrer, siguen cortando,
el frío de las noches se cuela y se cuela el viento,
irreparable.
Sangras y la casa es nueva.




Naciste
y por un descuido,
una maldad,
una palabra cayó y fue haciendo mella,
sembrando oscuridad,
rebrujo:
"cernícalo" -te dijo la abuela
dando al traste con la inocencia.
La marca es profunda y solo tuya:
una palabra, la vida entera.


The scribe
Robert & Shana Parkeharrison

Tu herida sangra en otra sangre.





TENGO SED
Sitio

¿A qué bebida oscura nos incitan?
Es verdad, despreciamos el brillo de las piedras,
buscamos en el aire que acaricia la planicie
la inocencia de los astros;
no es posible pesarla en las balanzas, tampoco
el arar de las palabras, que son viento y son arroyos
donde abrevan los búfalos la sed que tenemos.
¿Quién nos obliga a lamer la sal de la roca?
Otra cosa queremos,
un acá pequeño, un barco de papel,
la isla que forman los abrazos,
el olor a madriguera, el musgo.
Hay que volver atrás.
¿Cuándo se acabó lo que fuimos si lo fuimos?
Abandonaron los árboles sus hojas. 
¿Cuándo rajó la leña el hacha y la candela la quemó
Quisimos un incendio, un día, sin embargo,
la cantimplora está vacía no nuestra sed. 
¿Dónde está el agua?
se la bebieron los ángeles
tilín tilín







Los aldabones percutían la inmunidad de los robles, que
acostumbrados a la lascivia de las intemperies,
desoían el llamar de los peregrinos.

Las casas sonaban a hueco,
temblaban los crucifijos.


                         
     





Proseguir el balbuceo
hasta palpar en la yema del vocablo
el vestigio vivo, la promesa
de la flor que afirmará mañana,
con algo más que las palabras,
con la fuerza impertinente de sus pétalos,
aquello que
(desde siempre,
repetido en la herencia del silencio)
nos precede,
nos reintegra en la tribu
y vuela
y sangra

y nos define.




Leonardo Torres Londoño nació en Bogotá, Colombia, en 1959. Vive desde hace muchos años en Francia, donde ha sido docente. Ha publicado  "El beso del arcángel" (Caracas, OT editores, 2020) coescrito con la poetisa venezolana Ana Maria Hurtado, y "Las brújulas rotas" (Taller de Edición Rocca, Bogotá, 2022). 

Una parte de su poesía puede encontrarse en su blog "Tajalápiz".

https://tajalapiz.wordpress.com/
Bitácora de poemas y relatos de Leonardo Torres Londoño 




Algunos apuntes sobre "Impresiones" de Mila Villanueva, por Patricia Crespo + 2 poemas


Impresiones
(Lastura, 2025)

Hoy tengo el gusto de presentarles Impresiones, el nuevo poemario de Mila Villanueva, una obra que nos invita a recorrer, como si se tratase de un museo o una galería, algunas de las obras maestras de la pintura a través de su poesía, donde cada poema es una ventana abierta a la luz, el color y la emoción de grandes obras de arte. Este libro no solo dialoga con pinturas de maestros como Monet, Van Gogh, Goya, Sorolla o Degas, sino que también nos sumerge en el proceso creativo de los artistas, transformando pinceladas en versos y lienzos en emociones.

La écfrasis, como técnica literaria, tiene una larga tradición que se remonta a la antigüedad. Su origen lo encontramos en la Ilíada de Homero, con la descripción del escudo de Aquiles, o en las Imágenes de Filóstrato, donde las palabras buscaban capturar la esencia de lo visual. A lo largo de la historia, poetas como John Keats, con su Oda a una urna griega, o Rafael Alberti, con El Bosco, han utilizado la écfrasis para explorar los límites entre lo visual y lo verbal. También Anne Sexton, en su poema La noche estrellada, reinterpreta la obra de Van Gogh con una voz íntima y desgarrada. O Marianne Moore, quien reflexiona sobre la relación entre poesía y pintura. Y, por supuesto, la propia Mila Villanueva, que en este poemario no solo describe, sino que recrea, reinterpreta y nos hace sentir la pintura desde una perspectiva única. 

Impresiones es una propuesta arriesgada por su complejidad. No es tarea fácil traducir la imagen en palabra, capturar la esencia de una pintura y transformarla en un universo poético. Sin embargo, Mila Villanueva lo ha logrado con maestría, y el resultado es un bello lienzo donde las palabras y las imágenes se entrelazan en un diálogo íntimo y profundo. Las pinturas, ya acabadas, son reinterpretadas bajo su mirada y cobran un nuevo sentido, como si renacieran en cada verso. Este poemario no es solo un homenaje a los grandes maestros, sino también una reinvención de sus obras desde una perspectiva genuina.

En Impresiones, Mila ha ido más allá de la aproximación descriptiva de las obras al transformarlas en experiencias sensoriales. A través de sus versos, podemos oler el óleo fresco en el estudio de Monet, sentir la textura de los trazos de Van Gogh o escuchar el silencio que envuelve a la joven de la perla de Vermeer. Este poemario es un viaje a través del tiempo y el espacio, donde las pinturas de los grandes maestros del arte universal, como Servat, Gauguin, Renoir, Murillo, y los contemporáneos pertenecientes a Concilyarte —Antonio Camaró, Victoria Cano, Ana María Gómez Pavón, Aleksandra Istorik, Abel Dávila, Henriqueta Hueso y José Lapasió—, cobran nueva vida; como si fuera Pigmalión devuelve la vida a la pintura a través de la palabra. La poeta es capaz de suspender el tiempo por un momento, como en el poema dedicado a Monet, donde nos lleva a Giverny, al momento en que el pintor lucha por capturar la luz antes de que se desvanezca:


Monet a golpes de pincel

desde su ventana

quiere retener toda la luz

antes de que se deshaga

la magia del instante.


No obstante, Impresiones no solo nos habla de arte; también nos habla de la vida. Detrás de cada pintura hay una historia, un momento íntimo que la poeta rescata y nos hace sentir como propio. En el poema dedicado a La joven de la perla, por ejemplo, nos convertimos en testigos del encuentro entre Vermeer y su modelo, en un diálogo lleno de pudor y complicidad:


Sin pestañear siquiera

le mirabas y él te decía no me mires así

-te ruborizas-.

Entornas la mirada, incluso cierras los ojos

tímidamente.

En este poema, la poeta nos regala una imagen que es pura sensibilidad y delicadeza, como en estos otros versos que capturan la esencia de la pintura de Monet, inspirado en la pintura “Camille Monet en su lecho de muerte”:


Como la nieve fluyendo desde una montaña

desvaneciéndose en trazos blanquecinos

sobre los almohadones.

Versos que no solo describen, sino que nos hacen sentir la fugacidad de la belleza que Monet intentaba atrapar en sus lienzos, y son un ejemplo perfecto de cómo Mila Villanueva reinterpreta las obras maestras, dándoles un nuevo sentido y profundidad. Pero va más allá: en su poesía, la mirada del pintor, la pintura y el espectador se funden en un todo. Mila Villanueva no solo nos muestra lo que el artista veía, sino que nos hace partícipes de su proceso creativo, como si fuéramos cómplices del mismo. Así, el poema se convierte en un espacio donde pintor, pintura y espectador coexisten, creando una experiencia única que trasciende el tiempo y el medio.

Este poemario también nos invita a reflexionar sobre cómo miramos el arte y cómo el arte nos mira a nosotros, nos interpela. La poeta nos pregunta: “¿sabrá Francisco de Goya que ese es uno de sus últimos retratos?”, rompiendo la distancia que entre el poema y el lector abisma en ocasiones. Estas preguntas nos llevan a cuestionar nuestra propia mirada, a descubrir nuevas capas de significado en obras que creíamos conocer.

Además, Impresiones está impregnado de esa sensibilidad oriental que recorre toda la obra de Mila Villanueva y de la que es una experta y maestra, así un jisei, el poema de despedida japonés, cierra este viaje con sutileza y elegancia:


Dejadme ir

dorada la mañana

abierto el día.

Acercarse a Impresiones es dejarse llevar por la belleza de la palabra y la imagen, es sentir el estremecimiento que Stendhal experimentó en Florencia, es perderse en el puerto de El Havre al atardecer o en las luces de un café pintado por Van Gogh. Es, en definitiva, concedernos un momento de pausa, de silencio y de introspección.

Cuando Mila Villanueva me propuso acompañar con el prólogo este poemario, no sabía ella cuánto compartíamos de nuestro gusto por la pintura y de lo coincidente en cuanto a algunas de las obras, que ella ha recreado en este libro. Leer Impresiones fue encontrarnos en ese instante sublime que la pintura y la poesía provocan. Gracias a todos por acompañarnos en este paseo pictórico. Espero que disfruten de Impresiones tanto como lo he hecho. 

 

Patricia Crespo

 

*Texto que acompañó la presentación del libro de cuyo prólogo es también autora Patricia Crespo.


Los zapatos

Vicent Van Gogh
Óleo (1886)
Museo Van Gogh (Amsterdam)
Estilo: Postimpresionismo



Son botines de adiós, de siempre y nunca…
(Olga Orozco)



Se quedaron ahí taciturnos
sobre un suelo opaco desterrados
abren sus bocas anchas como en súplica
de ser poseídos.

Se han rendido en la entrega
con los lazos abiertos
aguardan
la mano tibia
que enlace
lo que desprendió el azar.

La capa de un betún de misericordia.

Compañeros del éxtasis y la locura
se quedaron huérfanos de cal y fuego
de pasos ebrios
de luz y girasoles
entre cipreses y estrellas,
desde Groot Zundert hasta Auvers-sur-Oise,

Como dos perros fieles
están esperando algún regreso,
algún sentido,
el modo

de salir de la incógnita.


El espíritu de los muertos vela
Paul Gauguin
Óleo sobre lienzo (1892)
Museo Albright-Knox, Buffalo.
Estilo: Postimpresionismo




Como brillan los espíritus de los muertos
Teha’amana
llegados del bosque o de la laguna
sobrevolando tu lecho de flores
en la oscuridad azul de tu cuarto
buscando atraparte
así, desprovista,
desprevenida.

Tú, aterrada,
das la espalda a esa sombra que se cierne a tus pies.
Das la espalda a la noche,
al viento que entra en tu cabaña,
al más allá
desde donde velan tus ancestros
la sangre primordial,
la luz primera.

Sobre la blanca sábana coronada de rosa,
tu cuerpo de bronce,
tus manos al acecho,
tus ojos fosforescentes.

Desnuda,
poseída tan solo por el pánico,
así te descubre Gauguin
y retrata con lascivia
tu imagen seductora


pero sabe que nunca serás suya.



Mila Villanueva es escritora en gallego y castellano, su obra bebe tanto de la tradición del haiku japonés como de la poesía lírica occidental, explorando la fugacidad del instante y la relación entre la naturaleza y la palabra. Su poemario Onde dá a volta o aire, fue galardonado con el Primer Premio del III Certamen Poético Rosalía de Castro y en su edición bilingüe gallego-castellano, (Lastura Ediciones) con ilustraciones de Cándido Solaz, quedó finalista a los Premios de la Crítica Literaria Valenciana en 2017. 

Asimismo, quedó también finalista a dichos premios con otra obra que une poesía y pintura: Despedidas, con ilustraciones del pintor José Lapasió (Olé Libros, 2018) abstracciones de Solaz, expuesta en el Instituto francés de Valencia en 2011. Con Cándido Solaz compartió la exposición "Dinámica de Fluidos". Ha sido traducida al chino, francés, japonés, portugués y valenciano.

Como Presidenta de la Asociación Cultural Concilyarte, ha impulsado innumerables iniciativas para la difusión de la poesía y la intersección entre distintas disciplinas artísticas y codirige el Festival Poes-ència, Valencia, ciudad de la Poesía, junto al poeta y filósofo Pascual Casañ. Ha participado también en otros festivales como El FIP de Granada o el encuentro de poetas en Fisterra, (Mares de palabras). También ha promovido eventos en Pro de la Democracia y la Paz, organizados por la Fundación Antonio Camaró y como defensora de los derechos humanos y la lucha contra la violencia de género. Su poema dedicado a la poeta iraní Mahvash Sabet, encarcelada desde 2008, le fue entregado en prisión a la propia autora, poema que también recitó en la mezquita Méndez Núñez de Valencia ante diversas personalidades de diferentes culturas y religiones.

Su poema dedicado a Mahsa Amini fue publicado en la revista Disidentes, así como su poema "Mulleres do mar" en la revista Álora la bien cercada. Algunos poemas suyos también figuran en las Revistas 21 Versos y Barcarola.

En el año 2016 coordinó junto a Ana Noguera y Elena Torres la antología Teresa para siempre, celebración del V centenario de la muerte de la autora, presentada en la Iglesia de San Juan de la Cruz. 

Después de la pandemia, coordinó junto a Elena Torres la antología Ventanas de Confinamiento, con ilustraciones de diferentes artistas, obra que fue presentada en el patio del Colegio de Arquitectos con una exposición de las obras representadas en la misma.

Como buena gallega y defensora de la naturaleza, su poemario Compostela, con fotografías de Gustau Pérez y Yolanda López, nos ofrece una bella visión sobre el Camino de Santiago, también ha antologado junto con otros autores El Camino de las Estrellas que reúnes las voces de diversos escritores peregrinos en tres lenguas: valenciano, gallego y castellano.

Otros pintores que han ilustrado sus libros son: Enriqueta Hueso (El viento sobre el lago) Nuska Beta, (Koukan Nikki) Abel Dávila y Victoria Cano, (Diversas antologías) o el fotógrafo portugués Antonio Xulio Lemos (La luz de agosto). Como prologuista ha obtenido el premio "Marina Izquierdo" al mejor prólogo de la Plataforma de Escritoras del Arco Mediterráneo en 2023, al libro Biografía de Olas de la poeta Isabel Alamar.

En las redes:

Mila Villanueva- Conferencia

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Cinco poemas de "Hipótesis de felicidad" de Alberto Pellegatta


(2023, RIL Editores)
Traducción de Mario Pera



CIELOS FLEXIBLES, remontan las costas
como toros en celo.

También la literatura tiene su basalto
un punto de deshielo, abominable porosidad
y distintos injertos.

Sin dirección, solo escalas y avena.




al pintor Lorenzo Mazza



UN POCO de lo que se ha perdido: el cansancio de la
habitación, alguna noche impaciente, Viscosas inquietudes
entre los pesos oscuros: difíciles de alinear como nos
gustaría hasta que chirrían las grietas. Destrozados por
los colores e ilegibles
como tempestuosos recuerdos de la infancia.

No queda más que limpiar los mármoles hasta la 
transparencia, sin temer el rojo húmedo y brillante de los
bisontes, venidos aquí solo para sobrevivir.

Lo que se mantiene: un diapasón en el sueño nevado.






EL HOMBRE RANA

Desde la infancia tiene recuerdos de rabos y palideces. Las
branquias retroceden cuando vuelven a crecer los brazos.
Calamares irracionales agitan los tentáculos en su cabeza:
piensa que es el alcohol, no sabe que nació renacuajo sin
convertirse en sapo. Por eso, en la oficina hincha el pecho
y salta de un tema a otro. 



LA COBRA

a Mary B. Tolusso


La rabia de aquellas montañas
se desborda de la copla con numerosas legumbres
y pan duro para los pájaros.

No salgo de casa por días, catalogo
los golpes a las paredes de los vecinos.
Si no lo hubiera inventado
negro y húmedo como una tumba, solo sería amor.

Ceden los cuadrantes hasta la transparencia
como una fiesta largamente esperada.

El agua no se detiene en las apariencias.



para Alice


ESE DÍA DE JUNIO también las ramas
se levantaron en vuelo con los pájaros.


Tus ojos eran fondos
sin sonido. Pensamientos corales.
Al llorar hinchabas las mareas.





Apenas entrabas por la puerta, jazmín
tenías aún todavía labios de cereza
en la boca. Ojos grandes. Nueces
en la noche del enebro. Eran
expresiones de fuego.
 

Ahora el tigre muere en la nieve japonesa
y si llamo nadie contesta.
No beso ni boca. No siento más
aquel sabor de canela mentirosa.


Verde era el clima – azul el silencio
de las duchas.



Alberto Pellegatta (Milán, Italia, 1978). Licenciado en Filosofía en la Universidad de Milán, estudió también en la Universidad de Barcelona. 

Ha publicado los libros de poesía Mattinata larga (Lietocolle 2001), La sombra de la salud (Mondadori 2011) e Ipotesi di felicità (Mondadori 2017). Textos suyos han aparecido en la antología Los poetas de veinte años (Stampa 2000), en Novísima poesía italiana (Mondadori 2004) y en Almanacco dello Specchio (Mondadori 2006). En 2005 fue ganador del prestigioso Premio Cetona, así como del Premio Nacional de Meda y del Premio Amigos de Milán. Dirige la editorial Taut Editori y colabora con revistas y periódicos. Es crítico de arte. 

Su último libro está traducido al castellano por Mario Pera (Hipótesis de felicidad, RIL 2023). Últimamente, ha salido una selección de sus poemas en catalán (Improvvisi, Pont del petroli, Barcelona 2024).